La utilización de paneles fotovoltaicos para generar electricidad no es la única forma de incorporar energía solar en los procesos productivos. Al utilizar colectores solares es posible aprovechar de forma directa la energía térmica proveniente del sol.

El principio de funcionamiento para estos sistemas corresponde a la transferencia de calor secuencial. El sol irradia energía hacia el planeta, los colectores solares reciben esta energía y transfieren a un fluido de trabajo. El fluido puede ser utilizado de forma directa en el proceso que se desea intervenir, o en caso de que existan restricciones, también es común utilizar intercambiadores de calor para transferir la energía desde el fluido primario a un segundo fluido que si trabaja de forma directa en el proceso.

Una de las grandes limitantes en lo que se refiere a energía solar es el tiempo de exposición al sol. Al incorporar un acumulador es posible almacenar y por consiguiente gestionar con mayor flexibilidad la energía que se recibe desde el sol durante el día y así contar con energía en los periodos de baja radiación solar.

En el caso de bodegas vitivinícolas se considera que la implementación de estos equipos podría tener un importante efecto, en reducir el consumo de electricidad o combustible asociado a calentar agua utilizada en el aseo de cubas y agua sanitaria. También es importante destacar que uno de los factores de mayor consumo en viñas corresponde a regular la temperatura del vino a producir, la fácil conexión en serie de los sistemas solares térmicos con sistemas convencionales hacen que sea fácil integrarlos en procesos de suministrar la demanda de calor.

Existe un extenso número de proveedores y tecnologías capaces de entregar suministros y soluciones en esta línea de trabajo. Se hace importante mencionar que muchos colectores presentan la ventaja de poder ser colocados sobre el tejado de las bodegas, de modo que no reducen la capacidad productiva de la tierra cercana a la bodega.