Con la finalidad de asegurar una condición estéticamente atractiva del producto, en muchas ocasiones, éste es lavado con agua caliente entre 30°C a 35°C, y posteriormente secado a un 45°C  - 50°C.

Para dicho proceso, usualmente se dispone de calderas a base de combustibles fósiles para calentar el agua que sera utilizada en el lavado. A su vez el aire que será utilizado en el secado es calentado a través de equipos que regularmente disponen de una fuente fósil que entrega la energía necesaria para el proceso.

Respecto de lo anterior es que el recambio de fuente energética por una energía renovable, presenta una solución atractiva que reducirá costos energéticos y mitigará las emisiones de CO2eq del proceso.

Se busca entonces el reemplazo de la tecnología convencional a base de combustible fósil por una tecnología que combina la energía solar con las bombas de calor.